Descripción
Esencia Floral de Echinacea (Equinácea) (Echinacea purpurea) (rosada/púrpura)
Descripción corta:
Patrones de desequilibrio: destrozados por traumas o abusos graves; desintegración física o emocional de la identidad propia; mala función inmune; presencia vacante.
Cualidades positivas: integridad central e inmunidad, manteniendo un fuerte sentido de sí mismo, especialmente cuando se enfrenta el estrés o la enfermedad.
Descripción en detalle:
Una de las formas en la cual se pueden conocer las propiedades vibracionales de las flores es a través de la sumamente aguda observación de la forma de la inflorescencia. Es el caso de la flor de la Equinácea se puede apreciar cómo esta se presenta: una flor en la cual pareciera que su mejor momento ya hubiera acontecido (a pesar de estar en su punto más álgido de esplendor) con sus pétalos todos caídos como si hubiesen tenido que soportar una fuerte tormenta que los apagó y dejo en mal estado. Pero si prestamos la correcta y debida atención, podemos darnos cuenta que su cono central con su sorprendente integridad estructural está muy apuntalado hacia el sol y en plena forma como si tuviera una fuerte determinación de seguir recibiendo los rayos solares. Esto último se traduce en la firma energética de ella en la capacidad de fortalecer desde nuestro centro interior el nivel emocional y espiritual y desde ahí influenciar positivamente el sistema inmune de la mejor manera.
La esencia floral de la Equinácea es beneficiosa para aquellos que se encuentran con sensación de estar desmoronados y enfermos. Tienen alguna o varias enfermedades crónicas que han calado tanto llegando a minar sus aspectos emocionales respecto de ello. De utilidad para las personas que cada cierto tiempo enferman de forma constante y el sentimiento que les refiere es el de fatiga y cansancio. La Equinácea ofrece compostura y la capacidad de sentir que volvemos a retomar las riendas y volvemos a ser nosotros mismos.
Dice Patricia Kaminski (co-creadora de las esencias FES) en su blog:
“La esencia de la flor de equinácea es de notable beneficio para el sistema inmune, no trabajando directamente en condiciones físicas agudas como lo hace la hierba farmacéutica, sino estimulando las fuerzas del “yo” dentro de la matriz cuerpo-alma. Es éste sentido coherente de sí mismo el que está en el corazón de toda función inmune, capaz de discernir y aceptar las fuerzas que mejoran la vida y evitar las fuerzas destructivas. Muchos aspectos dentro de la sociedad moderna trabajan en contra de la identidad central, incluidos el estrés postraumático, las drogas recreativas, las drogas farmacéuticas, las toxinas ambientales, el uso excesivo de vacunas y antibióticos y diversas formas de tecnología disruptiva. Como resultado, la sociedad moderna está abrumada por muchas enfermedades desconcertantes y devastadoras que implican una función inmune deficiente o un trastorno autoinmune.”